Hola, soy uno de los 51 trabajadores de la multinacional alemana FRAPE BEHR que se mantiene encerrado en las instalaciones que dicha empresa posee en Barcelona. Me llamo Juanan, pero en el encierro se me conoce como Simpson. Después de presentarme voy a pasar a describir como es un día cualquiera dentro de la fábrica.
Normalmente el día empieza con una alarma que suena en un móvil cualquiera... normalmente el mío. Tras unos minutos de desconcierto, procedo a levantarme del colchón que un amable compañero ha decidido compartir conmigo. Me pongo la ropa de trabajo y voy caminando, como medianamente puedo, hacia las duchas que están en otra nave de la factoría. Me pego una duchita y como nuevo. Tras volver a ponerme la indumentaria de FRAPE, me dirijo al comedor para desayunar con mis compañeros de encierro. Desayunamos y acudimos a la asamblea que se organiza en la puerta de la fábrica, que normalmente es sobre las 8:30 de la mañana más o menos, en la que se informa de cómo va todo y de los actos previstos para ese día.
Tras todo eso, cada uno se dirige con su grupo, que inevitablemente se ha formado, a realizar cualquier cosa que sirva de entretenimiento para poder pasar las horas lo más rápido posible. Hay bastantes cosas que hacer para matar esos ratos libres, como por ejemplo jugar al Ping-Pong, a las cartas, ver películas por Internet y un largo etcétera que van surgiendo de las mentes más privilegiadas de este encierro.
Por otro lado todo está organizado, Comida, Limpieza, tareas organizativas, Logística, etc, etc, etc... La verdad es que dentro de lo malo que es no poder estar con tu familia en casa, no estamos tan mal. Siempre hay algún momento de bajón, pero ahí están tus compañeros para sacarte una sonrisa que te haga olvidar el mal trago que supone acordarte de los tuyos en estos momentos.
Ya en la hora de comer se procura acudir todos a la misma hora para comer todos juntos. Después de comer y de hacer un poco de sobremesa se realiza una pequeña asamblea interna en la que se tratan los temas más importantes que van surgiendo durante el día. Por la tarde se organizan partidillos de fútbol en un improvisado terreno de juego que hemos montado en el almacén con unas gabias a modo de porterías.
También decir que por la tarde se abre una especie de horario de visitas en las que los familiares, amigos y compañeros acuden al otro lado de la valla a darnos los ánimos suficientes para acabar el día. Con todo esto llegamos a la hora de la cena, en la que se ha decidido que sea un poco libre y que cada uno cene a la hora que quiera, para dar un poco de libertad y que esto no de la sensación de ser un cuartel.
Después de haber cenado, la gente se dispone a correrse una pequeña juerga... que tampoco viene mal... Tras uno cuantos pelotazos, en mi caso.... solo de Coke, y unas cuantas risas nos metemos en la cama dispuestos a dormir y a descansar un poco, y digo “dispuestos a” porque normalmente pasa un rato desde que nos metemos en la cama hasta que caemos rendidos, y es que el grupo al que pertenezco está lleno de muy buena gente a la cual le va mucho la fiesta.
Bueno, sin más que decir me dispongo a dar las gracias a todas aquellas personas que me ayudan a pasar las horas en este encierro, y muy especialmente a: Miguel Ángel Sorli, Juan Carlos Llorente, Antonio Barrera, Rafa Sorli, Isidro Iglesias, Nicki, Alfredo de la Frida, Daniel Serra…
Si alguno se me queda en el tintero, pido disculpas, pero que sepáis que en mi corazón estáis todos.
Gracias también a Luis David Andrades por darme la posibilidad de escribir en este Blog de CNT, siendo un afiliado de CC.OO. (no orgulloso de serlo). Ánimo a todos, y no os preocupéis, que saldremos de aquí con la cabeza bien alta.
Normalmente el día empieza con una alarma que suena en un móvil cualquiera... normalmente el mío. Tras unos minutos de desconcierto, procedo a levantarme del colchón que un amable compañero ha decidido compartir conmigo. Me pongo la ropa de trabajo y voy caminando, como medianamente puedo, hacia las duchas que están en otra nave de la factoría. Me pego una duchita y como nuevo. Tras volver a ponerme la indumentaria de FRAPE, me dirijo al comedor para desayunar con mis compañeros de encierro. Desayunamos y acudimos a la asamblea que se organiza en la puerta de la fábrica, que normalmente es sobre las 8:30 de la mañana más o menos, en la que se informa de cómo va todo y de los actos previstos para ese día.
Tras todo eso, cada uno se dirige con su grupo, que inevitablemente se ha formado, a realizar cualquier cosa que sirva de entretenimiento para poder pasar las horas lo más rápido posible. Hay bastantes cosas que hacer para matar esos ratos libres, como por ejemplo jugar al Ping-Pong, a las cartas, ver películas por Internet y un largo etcétera que van surgiendo de las mentes más privilegiadas de este encierro.
Por otro lado todo está organizado, Comida, Limpieza, tareas organizativas, Logística, etc, etc, etc... La verdad es que dentro de lo malo que es no poder estar con tu familia en casa, no estamos tan mal. Siempre hay algún momento de bajón, pero ahí están tus compañeros para sacarte una sonrisa que te haga olvidar el mal trago que supone acordarte de los tuyos en estos momentos.
Ya en la hora de comer se procura acudir todos a la misma hora para comer todos juntos. Después de comer y de hacer un poco de sobremesa se realiza una pequeña asamblea interna en la que se tratan los temas más importantes que van surgiendo durante el día. Por la tarde se organizan partidillos de fútbol en un improvisado terreno de juego que hemos montado en el almacén con unas gabias a modo de porterías.
También decir que por la tarde se abre una especie de horario de visitas en las que los familiares, amigos y compañeros acuden al otro lado de la valla a darnos los ánimos suficientes para acabar el día. Con todo esto llegamos a la hora de la cena, en la que se ha decidido que sea un poco libre y que cada uno cene a la hora que quiera, para dar un poco de libertad y que esto no de la sensación de ser un cuartel.
Después de haber cenado, la gente se dispone a correrse una pequeña juerga... que tampoco viene mal... Tras uno cuantos pelotazos, en mi caso.... solo de Coke, y unas cuantas risas nos metemos en la cama dispuestos a dormir y a descansar un poco, y digo “dispuestos a” porque normalmente pasa un rato desde que nos metemos en la cama hasta que caemos rendidos, y es que el grupo al que pertenezco está lleno de muy buena gente a la cual le va mucho la fiesta.
Bueno, sin más que decir me dispongo a dar las gracias a todas aquellas personas que me ayudan a pasar las horas en este encierro, y muy especialmente a: Miguel Ángel Sorli, Juan Carlos Llorente, Antonio Barrera, Rafa Sorli, Isidro Iglesias, Nicki, Alfredo de la Frida, Daniel Serra…
Si alguno se me queda en el tintero, pido disculpas, pero que sepáis que en mi corazón estáis todos.
Gracias también a Luis David Andrades por darme la posibilidad de escribir en este Blog de CNT, siendo un afiliado de CC.OO. (no orgulloso de serlo). Ánimo a todos, y no os preocupéis, que saldremos de aquí con la cabeza bien alta.
Gracias a ti Juan, sois los mejores!!
1 comentario:
Hola compañero,
escuchando a Barricada en casa, concretamente esta canción "No hay tregua" me he acordado de los que estais encerrados.
Va por vosotros.
NO HAY TREGUA
Es el juego del gato y el ratón
tus mejores años clandestinidad
no es muy difícil claudicar
esto empieza a ser un laberinto
¿Donde está la salida?
Estas asustado, tu vida va en ello
pero alguien debe tirar de gatillo.
Tu infantil sueño de loco
no es respuesta demencial
este juego ha terminado
mucho antes de empezar.
Anónimo luchador
nunca tendrán las armas la razón
pero cuando se aprende a llorar por algo
también se aprende a defenderlo.
Estas asustado, tu vida va en ello
pero alguien debe tirar de gatillo
Ánimo.
PD.- Perdonad que no me identifique.
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