martes, 1 de enero de 2008

Crónica del encierro

El jueves 20 seguía de turno de tarde, nada más llegar pregunté como siempre por las últimas novedades y me sorprendieron con una noticia. Un compañero me llevó a parte y me dijo: “ven preparado mañana que nos encerramos en la fábrica”. No dudé un momento en “apuntarme” al encierro y al día siguiente volvía a entrar de nuevo en la fábrica pero esta vez mucho más cargado de equipaje que de costumbre. Miradas y sonrisas cómplices al entrar y ver a todos los compañeros con sus mochilas pasando por la garita de los seguretas y estos mirando muy sorprendidos de ver a la gente tan cargada de bultos. Ese día comenzaba para mí una experiencia que difícilmente olvidaré y que empezó ya por la mañana cuando me despedía de mi familia tras comunicarles donde iba a pasar las navidades.

Reencuentro con los del turno de mañana y mucha alegría de vernos todos con la moral por las nubes. Llega el turno de noche y más petates entrando. Pronto nos fuimos a dormir pues a las 6 de la mañana comenzaba oficialmente el encierro y había que estar levantados para esa hora pues temíamos un desalojo express. Visitas de las primeras patrullas de Mossos y horas de incertidumbre. Mientras tanto, comenzábamos a organizarnos dentro y se empezaba a contactar con los medios de comunicación.

No hubo desalojo pero sí provocación por parte de la empresa. Nada nuevo bajo el sol. Al siguiente día recibimos la “agradable” visita de un séquito de Recursos Humanos, el director de la planta y su guardaespaldas que nos venían a informar de que lo que hacíamos era ilegal y que debíamos de abandonar cuanto antes mejor. El resultado de esta visita fue una negativa rotunda por parte nuestra de dejar el encierro. Hubo algún momento de tensión a la salida de la comitiva y la dirección nos dejó como "regalo" una denuncia por lo penal contra Jesús Plaza, portavoz del Comité.

Pero continuamos con el encierro. Poco a poco nos fuimos coordinando dentro con total armonía y una fraternidad que a muchos nos sorprendió gratamente. Compañeros que llevaban trabajando años y años juntos y que apenas se conocían acababan compartiendo una amistad sincera. El recelo de algunos para otros desaparecía. Fuimos un grupo, una familia. Se preparaban grupos para la limpieza, para la comida… Todo el mundo colaboraba en lo que mejor se la daba a cada uno. Se preparó la enganchada de camisetas en la valla simbolizando a los despedid@s, se hicieron pancartas… La dureza del encierro se compensaba con una frenética actividad y la total confraternidad entre nosotros. También hubo tiempo para el ocio. Partidos de fútbol, cartas, pase de películas y horas y horas de tertulia donde, además de conocernos todos mejor, no parábamos de reir y hacer bromas.

El espíritu asambleario del colectivo de trabajadores no se abandonó en ningún momento. Las Asambleas fueron diarias e incluso algún día hubo más de una. A todas horas se sacaban noticias y comunicados de internet en los que se hablaba de nosotros. Los mass media por fin se hacían eco de nuestro conflicto y a dirario teníamos que atender a fotógrafos, periodistas gráficos, radios, televisiones…

Tampoco nunca nos sentimos solos. Cada día recibíamos la visita de familiares, amigos y gente solidaria que nos daban ánimos, nos traían comida y nos explicaban cómo estaba la situación por fuera. El día 24 fue el momento culminante del encierro. Familiares, amigos, los comités de apoyo y gente anónima se daban cita en la puerta de la fábrica para celebrar la nochebuena con nosotros. Muchísimos medios, sobre todo televisiones, muchas lágrimas y mucha emoción durante el acto. La despedida fue dura pero nos reafirmaba aun más en nuestra lucha. Esa nochebuena quedará grabada en nuestra memoria por su emotividad y por la fiesta que vino después y en la que gracias a lo que nos trajeron nuestros familiares y amigos no nos faltó de nada.

Mientra esto sucedía nos llegaba la noticia de que la consellera de trabajo de la Generalitat, Mar Serna, aplazaba la resolución del ERE y emplazaba a una nueva reunión el 2 de enero a la empresa y al comité. Esto nos supo a victoria en aquel momento y fue el detonante para salir del encierro. En Asamblea se discutió la salida y se hizo hincapié en no bajar la guardia en la lucha. Mar Serna ya intervino en el anterior acuerdo con la empresa, conoce bien nuestra situación y habrá que esperar hasta el 2 de enero para ver si resulta positiva su mediación. Pero no esperamos nada. Llevan tres meses mareandonos y siempre hemos tenido la sensación de que la Generalitat ha estado más cerca de la empresa que de los trabajadores. Nada nuevo bajo el sol otra vez. Ya tenemos la experiencia de cinco días y medio de encierro, lo que venga ya no nos asusta y le plantaremos cara.

Dejamos el encierro el miércoles 26 a las diez de la mañana. Nos sentimos un poco héroes cuando salimos. Una extraña sensación de Libertad recorría mi mente. La gente se abrazaba, cantaba, lloraba. Estas fiestas no han sido unas fiestas perdidas, al contrario. A todos nos ha marcado profundamente y nos ha hecho ser más compañeros. Nunca lo olvidaremos.

Y como somos CNT- Frape, no queremos olvidar la Solidaridad que en todo momento hemos recibido por parte de la Confederación. El trabajo realizado durante todo el conflicto y el encierro en particular ha sido encomiable y dignos de mención. Se ha estado a la cabeza en muchos aspectos y hemos sido un auténtico revulsivo en momentos críticos en los que se ha tomado la iniciativa. CNT ha estado ahí en todo momento, ayudando y actuando. Gracias a todos los compañeros y compañeras que han estado ahí. Pero esto aun no se ha terminado… continuará y esperamos ganar la partida.

Visca la Frape, Visca la CNT!

L.D.A.A.

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