Frape Behr: la muerte dulce.
El pasado viernes 31 de julio la Frape cerraba sus puertas definitivamente tras otro nuevo ERE concedido por la Grandísima Generalitat de Catalunya. Era el tercer de los expedientes de regulación desde aquel famoso de 2008 en el que fuimos despedid@s 98 trabajadores. Supongo que todos guardamos para el recuerdo la carta con la resolución de la administración en la que ésta reconocía que “la gerencia no podía demostrar que hubiera pérdidas”; pero sin embargo, bla, bla, bla... y a la calle. Ni tan siquiera han respetado esta vez el margen de tiempo que se firmó en la claudicación. Nada. Y lo más grave de todo es que entre el primer y el último ERE, hubo otro parcial de por medio. No quiero ni pensar y mucho menos leer, la retórica de mierda que habrán utilizado esta vez Mar Serna y su séquito para justificar que 210 de personas se vayan al paro. Ah, eso sí, esta vez cayó también la V Columna; que se jodan aunque quede mal decirlo. Debo reconocer que me sorprendió que no hubiera lucha por parte de la plantilla. Bueno, sí y no. Recordando la manera en como terminó el ERE de los 98, se pueden llegar a entender muchas cosas. “Si luchas puedes perder. Si no luchas, estás perdido”. Nos quemamos, unos más que otros, durante los casi 5 meses que duró el conflicto para acabar peor que comenzamos. No cobramos apenas dinero y tampoco recuperamos nada al final, pues en la claudicación quedó todo muy bien atado para los intereses de la empresa. Sin dinero, soportando en nuestras cabezas la dureza de la lucha pero convencidos de que se podía sacar algo aceptable para el bien de todo el colectivo de trabajadores. Teníamos muy claro que aun pudiendo perder, nadie nos iba a quitar la dignidad de salir con la cabeza bien alta después del combate. El día en que se acabó todo recuerdo que por la mañana nos informaron del ultimátum que nos había dado la administración. Me fui con la moral intacta porque se habló de no ceder pese a todo y de esa tercera vía de salida que tod@s buscábamos. Por la tarde, en la famosa reunión final, viendo ya las numerosas “apariciones marianas” que hubo, tuve claro que algo iba mal. A los cinco minutos (por no decir al minuto) de comenzar las intervenciones, me di cuenta de que se acababa todo. Lo demás, lo del palo de la lineal, etc, ya es historia, macabra y surrealista pero historia. El caso es que se terminó todo. Muchos despedidos apoyaron al Comité y hubo una intervención que no se me olvidará jamás: alguien se levantó y dio irónicamente las gracias al comité en nombre de todos los que se callaban y venían desde hacía tiempo diciendo aquello de que querían cerrar la fábrica, etc, etc. Fue todo un simbólico puñetazo a la gentuza de la V Columna que miraban hacia cualquier lado como si no fuera con ellos la cosa. Pero paradójicamente, ellos fueron los que ganaron esa tarde. Hay compañeros que siempre tendrán mi afecto y otros que siempre tendrán mi desafecto. Era increíble observar como algunos justificaban los despidos y se escudaban siempre en los mismos nombres: éste era un vago, aquel un follonero y el otro loquefuera. Pero estos resulta que eran minoría aplastante dentro del grupo de 98. Entonces les empezabas a soltar otros nombres de ejemplares compañeros y entonces ya no sabían qué decir ni a dónde mirar. Daños colaterales, eh Esquirol? Pero me estoy desviando. El caso es, por qué querían luchar esta vez…? por 50 en lugar de 210? O tal vez 80 en lugar de 210? Si los de los “daños colaterales” fueron unos cabrones con todas las letras, no menos fueron algunos cínicos sindicalistas y asesores. Podría ahora cebarme con ccoo- ugt y su realismo barato pero paso. Ya se dará cuenta la gente que toda esta sangría de EREs y despidos por toda Catalunya son firmados por tres “entes”: EMPRESARIOS, POLÍTICOS y SINDICATOS AMARILLOS. Pero tranquil@s, que gracias a ellos no se cierran las fábricas y se minimizan todo lo posible los inevitables daños colaterales… Frape mismo ha sido todo un ejemplo de ello. Mal nos pese, la gente decente que quedaba en la planta lo vio claro: pactar la pasta y a casita, LA MUERTE DULCE. Me duele en el alma decir esto pero no les achaco nada. Al contrario, ellos vieron cómo acabamos los 98 y muchas siglas entonces perdieron toda la credibilidad. Pero, les estoy dando entonces la razón a ccoo- ugt? No, eso sería lo último. Espero, que ya sé que no es así, que algún día la gente se vaya dando cuenta de cómo actúan estas otras empresas mal llamadas sindicatos. El único indicio de realismo que existe en todos los conflictos donde hay estas dos funestas siglas de por medio es éste: precariedad y despidos. Empresarios, generalitat y sindicatos son la Santísima Trinidad de esta cruzada anti-obrera. La Frape murió cristianamente, sí; de manera asquerosamente dulce. Sin hacer esta vez ruido y de manera vergonzosamente pacífica. Es el triunfo de los de siempre y la derrota de los que nos merecemos todo lo que (no) tenemos. DEP.
LDAA